Los principales sindicatos griegos contemplan otra huelga general la semana próxima

Empresarios turísticos avisan de que la inestabilidad puede ser el "tiro de gracia" para el sector

MARÍA A. SÁNCHEZ-VALLEJO - Atenas - 07/05/2010

Los principales sindicatos griegos, la Confederación General de Trabajadores de Grecia (GSEE, sector privado) y la Unión de Sindicatos de Funcionarios (Adedy), contemplan la convocatoria de una nueva huelga general de 24 o incluso 48 horas la próxima semana, si el lunes el Gobierno decide enviar al Parlamento el proyecto de ley para la reforma de la seguridad social.

Aunque fuentes de ambas organizaciones remiten al primer día hábil de la semana entrante para confirmar las movilizaciones, Adedy ya ha convocado una concentración ante el Parlamento el próximo miércoles. La del jueves por la noche, tras la aprobación del paquete de medidas de austeridad del Gobierno, reunió a miles de personas ante el Parlamento y acabó con incidentes aislados.

La economía sigue en caída libre. La inflación se disparó en abril hasta el 4,8% en relación con el dato de 2009; en marzo, sin embargo, sólo subió un 1,2% con respecto al mismo mes de 2009. La Bolsa de Atenas cerró sesión con una bajada del 2,86%, pese al respaldo mayoritario del Legislativo, la víspera, al programa de austeridad del Gobierno griego. Mientras, la ministra de Hacienda, Luka Katselli, se ha reunido con responsables de Petróleos de Grecia para estudiar el incremento de las tasas especiales a los carburantes. El aumento del gravamen al consumo de gasolina y gasóleo -también al de tabaco y bebidas- es una de las medidas del programa de austeridad para incrementar la recaudación.

Un sector muy 'tocado'

Sectores vitales para la economía griega, como el turístico, han empezado a hacer cuentas. El temor a que acontecimientos como los del miércoles en Atenas disuadan a potenciales visitantes extranjeros ha forzado al Organismo Griego de Turismo (EOT, en sus siglas griegas) a adoptar una respuesta urgente ante el comienzo de la temporada alta, máxime cuando los ingresos registrados en la del año pasado ya se vieron lastrados por la crisis económica mundial. El descenso de entradas turísticas en algunas zonas, como por ejemplo la isla jónica de Zakinthos, fue en abril del 50% con respecto al mismo periodo de 2009.

Los principales agentes turísticos del país (la Asociación de Empresas Turísticas de Grecia; la Cámara de Hoteles; la Federación Panhelénica de Hoteles y la Unión de Hoteles de Atenas) advirtieron ayer a las autoridades que el aumento de la inseguridad y la inestabilidad pueden suponer "un tiro de gracia para el turismo", y que el sector es el único que proporciona ingresos al país. Aunque el Gobierno de Yorgos Papandreu tenía previsto cerrar un tercio de las oficinas de EOT en el mundo -como medida de ahorro y, a la vez, para recortar el número de funcionarios de la Administración-, los últimos acontecimientos obligan a repensar la medida.

Varios países vecinos, como Bulgaria y Macedonia, han pedido a sus ciudadanos que no viajen a Grecia, y el impacto de los titulares sobre Grecia de los principales medios de comunicación extranjeros -"abismo" es la palabra más repetida- incide, según los empresarios del sector, en el retraimiento de la demanda.

Tras la pista de los incendiarios

Antes de viajar a Bruselas para intervenir en la reunión del Eurogrupo, el primer ministro, Yorgos Papandreu, depositó ayer dos rosas rojas en el improvisado altar que se alza ante la sucursal del banco Marfin Egnatia, donde el miércoles murieron tres empleados tras el ataque de un grupo de encapuchados. La policía sigue la pista de cuatro encapuchados y una joven, que arrojaron cócteles molotov y luego rociaron de gasolina el local el establecimiento, lo que hizo que las llamas se propagaran con facilidad, mientras un grupo de 20 radicales acorralaba a los antidisturbios presentes en la zona con una lluvia de piedras. Los asaltantes, según las últimas investigaciones, llevaban guantes de goma para no dejar huellas, lo que hace suponer a la policía griega que el ataque no se produjo por casualidad, sino que fue un acto intencionado.

Dos de las víctimas del ataque, Anguelikí Papazanasopulos, de 32 años y embarazada de 4 meses, y Paraskeví Zulias, de 34, fueron enterradas ayer. Epaminondas Tsakalis, credit manager del banco, de 36 años, recibirá sepultura a mediodía de hoy.

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